lunes, 21 de enero de 2013

Muere único oso polar de zoológico de Buenos Aires a causa del calor


El animal, llamado 'Winner', murió la madrugada del martes durante la Navidad y las autoridades no descartan que la pirotecnia le haya provocado un cuadro de nerviosismo.


Buenos Aires • El único oso polar del zoológico de Buenos Aires, llamado 'Winner', murió en la madrugada del martes durante la Navidad, a causa de hipertermia, en una de las noches más calurosas de las últimas décadas, informaron las autoridades.

"Winner murió por el excesivo calor. Las altas temperaturas fueron determinantes aunque no se descarta que la pirotecnia le haya provocado un cuadro de nerviosismo", señaló el director de Bienestar Animal del Zoo, Miguel Rivolta, al canal TN de noticias.

El oso blanco tenía 16 años y desde hacía 4 había viajado desde Chile para ser alojado en el jardín zoológico de Buenos Aires. El animal fue hallado muerto durante las primeras horas del 25 de diciembre.

"Cuando llegaron los especialistas, el oso ya estaba sin vida", dijo Rivolta.

El funcionario aclaró que "no se le administraron sedantes, previendo los efectos que produce la pirotecnia a los animales, porque está contraindicado" ya que al dormir el animal tiene más riesgo de no poder regular su temperatura corporal.

"Winner era un animal muy inteligente, pero muy activo y nervioso", dijo el especialista.

El Zoo de Buenos Aires contó en su historia con varios osos polares y desde 1993 contaban en el recinto donde vivían con una piscina de 145 mil litros, según la información oficial.

En la jornada del lunes hasta la madrugada del martes la ciudad de Buenos Aires alcanzó temperaturas casi récord, con una sensación térmica -que indica el nivel de calor que se siente cuando la humedad relativa se suma a la temperatura real- que llegó a 45 grados Celsius.

El Zoológico de Buenos Aires, inaugurado en 1888, ocupa 18 hectáreas en el centro del barrio de Palermo, una zona de mucho tránsito vehicular.

Las instalaciones, donde hay unos 2 mil 500 animales, fueron privatizadas en 1991 en medio de una oleada de venta de empresas estatales durante el gobierno de Carlos Menem (1989/99).